Hoy tengo que estar contenta, me dije a mi misma mientras me levantaba de la cama. En realidad hacía ya un rato que estaba despierta. Cuando por fin, decidí despertarme, levante la ventana y para mi gran sorpresa había nevado. Me encanta la nieve, ya que mi estación preferida del año es el invierno y conlleva eso, nieve. Fui al lavabo, me lave la cara y me fui al comedor.
- Leonardo: Buenos días.
Vaya, otra sorpresa. No esperaba que Leonardo estuviera en el comedor de mi casa, al menos no a las diez de la mañana. Demasiadas sorpresas para mi gusto. No sé porque, pero algo me decía que esa no iba a ser la última sorpresa que tendría el día de noche buena.
- (tn): Buenos días Leonardo, ¿dónde está mi madre?
- (tm) : Buenos días cariño, ¿quieres cereales?
- Leonardo: Te he preparado unas tostadas, ¿te apetecen?
- (tn) : Si, más que los cereales. Gracias.
- (tm) : Buenos, pues date prisa y vístete.- dijo, obligándome, por
alguna razón oculta.
- (tn): ¿Qué me vista?, ¿Para qué?
- (tm) : Vamos a comprar.
- (tn) : ¿Y qué vais a comprar?
- (tm): Aparte de comida para esta noche, ropa para los tres.
considéralo, un regalo adelantado.
- Leonardo : Mejor dicho, yo iré a comprar la comida, mientras vosotras os compráis un conjunto para esta noche. Confío en que tu madre, me comprará un buen conjunto.
- (tm) : No lo dudes, te conozco muy bien.
- (tn) : Encuentro innecesario comprarme un conjunto, prefiero gastarme ese dinero en otra cosa.
- Leonardo : Tranquila, es un regalo. Tendrás la otra cosa que quieres.
– dijo con indirecta.
Dudo que tenga la otra cosa que quiero, porque no es una cosa material, ni que se pueda comprar, las personas no se pueden comprar, pensé.
- (tn) : Bueno no seré yo la que no insista. Tengo que aprovechar, no todos los días te obligan a ir a comprarte ropa para ponerte guapa. Gracias.
Me comí las tostadas, y me fui a vestir. No entendía porque me tenía que comprar un conjunto nuevo para esa noche, pero me daba igual. Al fin y al cabo es un conjunto nuevo. Aparte, ir de compras, me despejaría la cabeza, y no pensaría tanto en lo que me esperaba esta noche.
El centro comercial estaba lleno de gente, sobretodo comprando comida. Leonardo se despidió de nosotras y nos fuimos a una de mis tiendas preferidas.
- (tm): Puedes elegir el conjunto que quieras, aunque sea caro.
- (tn) : Bueno, no me cogeré nada especial… - dije dudosa.
- (tm): Bueno, tu coge algo para estar guapa esta noche. Luego iremos a comprar maquillaje, que se que te encanta.
- (tn) : No sé porqué quieres que me arregle mucho esta noche. No viene nadie especial.
Mi madre se quedo callada, sin saber para donde mirar. Había dado en el clavo.
- (tm) : Tu arréglate, me lo agradecerás, hazme caso.
- (tn) : Me arreglare, tranquila.- prometí.
Dimos una vuelta por la tienda para ver más o menos lo que había, pero yo soy de idea fija y desde que entremos me había fijado en un vestido corto de color lila y en una chaqueta fina de color negro. https://twitter.com/#!/
Los invitados empezarían a llegar a partir de las ocho de la tarde. Yo fui la ultima en ducharme, solo me quedaban cuarenta minutos, me duche, me puse el conjunto, me maquille, me seque el pelo y me lo rice. Eso era lo que más me gustaba de las fiestas, arreglarme.
En ese momento alguien pico a la puerta y mi madre fue corriendo a abrir, pero yo estaba en la habitación con la música puesta rizándome el pelo y no escuche nada. Di por hecho que sería mi padre, pero no lo era.