miércoles, 4 de enero de 2012

CAPÍTULO 4:

CAPÍTULO 4:


Se produjo un silencio entre nosotros. Me encontraba en una de esas situaciones en que no sabes que decir, pero no te quieres quedar callada. La verdad es que tenía muchas cosas en la cabeza como para poder hablar con coherencia. Me esperaba una noche muy larga. Encima, Cody se iba a quedar todas las navidades y dormiría en mi cuarto, ya que mi cama tenía dos colchones uno arriba y otro abajo.
Por una parte me encantaba la idea de que Cody se quedara en mi casa, durmiendo en mi habitación todas las navidades, pero por otra parte, alguna vez me iba a delatar a mi misma y no quería que se enterara de que le quiero. No quiero que entre el y yo cambie nada, y ese hecho lo cambiaría todo. Dudas, miedo y impotencia. Si, eso es exactamente lo que siento. 

Lo que yo no sabía es que Cody sentía exactamente lo mismo que yo, pero daría el primer paso.

- Cody: Por fin estamos solos. Tenía muchas ganas de verte.

- (tn) : Y yo.

Otra vez ese silencio tan incomodo. Basta, no quiero seguir con esta situación, somos amigos, podemos hablar, pensé. Actuare con la mayor naturalidad.

- (tn) : Me alegra que hayas venido, digo que hayáis venido –corregí inmediatamente a la vez que me ponía roja como un tomate.

Me puse más nerviosa de lo que estaba por mi error, la había cagado. Iban a ser unas semanas muy difíciles.

- Cody: A mi también me alegra a ver venido y poder verte. Estas muy guapa! 

- (tn) : Gracias, tu también estas muy guapo. En realidad hoy no me iba a poner nada especial, pero mi madre esta mañana me ha obligado a comprarme algo para esta noche, ahora lo entiendo.

- Cody: Estarías guapa de todas formas.

- (tn) : Vas a conseguir que me ponga roja.

- Cody: Creo que ya lo he conseguido…

Fui al espejo a mirarme, era verdad, estaba muy roja.

- (tn) : No estoy roja, son los coloretes, creo que me he pasado aplicándomelos. ¿Además, porque motivo me iba a poner roja?

- Cody: Sera el colorete… No se tú sabrás porque te has puesto roja.

- (tn): Tu también estas rojo!

- Cody: Ya, yo si sé el motivo. Cierra los ojos.

- (tn) : ¿Qué cierre los ojos? ¿Para qué? – dije extrañada.

- Cody: Es una sorpresa, si te lo digo no lo será. 

- (tn) : Como me hagas alguna de tus bromas… verás!

- Cody: Confía en mi. Cierra los hojos. Espérame aquí.

- (tn) : Confío en ti – dije mientras cerraba los hojos.

Note como Cody se iba alejando. La habitación se quedo bacía y yo también. Al momento Cody regresó. Escuche como abría una caja de metal. Cada vez se acercaba más a mí, hasta que se paro justo a unos cuantos centímetros de mi. Podía escucharle respirar.

- Cody: Abre los ojos.

Me enseño la caja, era una pulsera de plata. En medio tenía una pequeña placa donde ponía su nombre y abajo la fecha en la que estábamos. Le mire a los ojos. Aunque no quisiera, lo tenía demasiado cerca como para mirar a otro lado, que era lo que normalmente hacía para evitar ponerme nerviosa. Cuando iba a hablar, me cogió de la mano, manteniendo su mirada en la mía y me puso la pulsera. Le iba a decir gracias, pero no me salían las palabras.

Silencio. Siempre silencio.

En ese momento el pomo de la puerta se empezó a mover. No nos dimos cuenta.